domingo, 6 de enero de 2019

GANADORES CERTAMEN DE RELATOS

¡Ya sabemos los ganadores del certamen de relatos de este año! Ha ganado el relato Charlotte y su hermano, de María Vargas Fernández, de 2ºC,  También hemos seleccionado el texto reflexivo Un pensamiento, de Francisco Ropero Medina, de 1ºC. ¡Enhorabuena !


CHARLOTTE Y SU HERMANO

Era 25 de noviembre de 1970, año en el que nació una fascinante niña de cabellos castaños y ojos verdes, Charlotte. Tenía nueve años cuando por motivos familiares tuvo que mudarse a otra ciudad; ya no veía todos los días a sus amigas y amigos, tampoco estaba en la misma escuela, estaba desconsolada y preocupada. Se levantó a las siete de la mañana para asistir a su primer día de escuela, estaba nerviosa e impaciente, el tiempo pasó y pasó y...llegó la hora de entrar en clase. Charlote se sentó en la última fila, sola y ausente para los demás. Todos estaban hablando de sus encantadoras vacaciones, todos, todos menos ella.

Una niña se acercó y la saludó. Charlotte, sobresaltada, la miró y empezaron a hablar. La chica se llamaba Tina, también era nueva en ese instituto y venía de Murcia. Las dos jóvenes empezaron a ser amigas, se divertían en los recreos, quedaban por la tarde y muchas otras diversiones.

Dos años después, su hermano Ronald entró a su mismo instituto. Él no era tímido, no tenía problemas para hacer amistades, pero sin embargo tenía problemas de los que su familia no sabía aún. Charlotte estaba haciendo sus deberes y los pasos de su hermano la alarmaron. Ella retrocedió la mirada y vio en el brazo de Ronald un gran moratón. Charlotte no quiso distraerse, así que siguió con su tarea.
Al siguiente día, la chica recordó el moratón de su hermano, pero volvió a no darle importancia cuando ¡piii! , el timbre del instituto había sonado. Charlotte cogió su desayuno y se dirigió al recreo. La joven notó unos dolores fuertes en la parte inferior de la espalda mientras salía, se le pasó y al finalizar el recreo sintió otra vez un fuerte dolor en la mandíbula; le dolió mucho, así que fue al baño para ver lo que le ocurría. Charlotte no tenía nada en la cara, por un momento pensó que estaba loca, pero no era así, tenía que haber algo. Le siguió ocurriendo lo mismo recreo tras recreo pero en diferentes sitios, hasta que un día el timbre sonó y ella salió: en una zona del recreo había un gran alboroto de jóvenes gritando y animando, se dirigió hacia la zona y cada vez sentía más los extraños dolores que siempre tenía. Se quedó paralizada al ver que lo que estaba sucediendo, no lo vio exactamente, pero había dos chavales: uno arrinconado en una esquina, y otro, pegándole cada vez más fuerte. No conocía a uno de los chavales, pero el otro a lo lejos le resultaba familiar, así que corrió y corrió. La muchacha vio que era su hermano Ronald el niño arrinconado y asustado. Charlotte vio que le estaban pegando acosando. Ella no sabía qué hacer, pero no solo era eso, también sentía los mismos dolores al mismo tiempo. La chica se atemorizó al saber que si los dolores ocurrían a la vez que su hermano...los otros días sucedía lo mismo, estaban acosando a su hermano. Sintió mucho pánico al estar en esa situación, así que llamó de inmediato al profesor que había en el patio delantero. El profesor consiguió parar al muchacho. El timbre de regreso a clases había sonado ya. Charlotte no supo nada más del suceso.

Pasaron las horas y Charlotte regresó a su casa preocupada e inquieta, anduvo lo más rápido posible hasta que llegó a su casa. Sacó las llaves de su bolso y abrió la puerta, notó que todo estaba normal. Tenía la comida que le había dejado su padre en la mesa, se adentró en la casa, soltó la mochila, pero...¿dónde estaba Ronald? Sus padres no estaban porque se iban a trabajar justo cuando ellos salían del instituto. Charlotte buscó por todas partes: por la cocina, el salón, la sala de estudio, el cuarto de baño, su dormitorio y el de su hermano, allí no había nadie, solo estaba ella.

Optó por comer tranquila y después averiguar dónde estaba su hermano. Mientras comía le daba vueltas a lo que había pasado. Tiempo después sonó el timbre de la casa. Charlotte, asustada, no abrió, se fue hacia la puerta y observó por la mirilla. Era un muchacho desconocido, aun así abrió la puerta.El chico intentó entrar rápidamente en la casa, pero ella se lo impidió y de un golpe cerró la puerta.Le habló a través de esta: el muchacho la había visto en le recreo, la estaba amenazando para que no se le ocurriera decirle a nadie lo que le había pasado a su hermano, o si no ella también sufriría lo mismo. La chica se dio cuenta desde el primer momento, se parecía al acosador que molestaba a su hermano. Charlotte no continuó la conversación e instantáneamente llamó a su amiga Tina para contarle lo que estaba ocurriendo. Tina tardó menos  de  un cuarto de hora en llegar a su casa.

Charlotte le contó lo que pasaba en los recreos, los dolores que sucedían a la vez y el joven que acababa de llegar amenazando. Tina no dudó en ayudar a su amiga.. Estuvieron toda la tarde buscando a Ronald por todos sitios, pero no lo encontraron. Sin embargo, una vecina que se encontraba en el parque lo había visto pasar con un par de chavales que se dirigían a la pista de baloncesto. Tina y Charlotte se apresuraron y corrieron. Al fin lo encontraron, Charlotte desde su móvil llamó a su hermano, ella se percató de que el móvil le estaba sonando, entonces él cogió el móvil y se fue del grupo para poder hablar con su hermana. Charlotte le pidió que fuera urgentemente a casa y así hizo él. Las dos chicas corrieron para poder llegar antes que Ronald. Él llegó a casa, Charlotte lo vio con más moratones de los que tenía, entonces se dirigió directamente a él.

Ronald se sentó, no quiso decir nada; Charlotte le explicó todo lo que había visto y que no tenía que ocultarle nada. ella se ganó la confianza de su hermano, y él confirmó que todo era verdad, que le estaban acosando y amenazando constantemente, y por eso los moratones. Charlotte le contó que ella notaba unos golpes diarios en los recreos, él se quedó petrificado al oírlo, nunca supo el porqué, era como una conexión de hermanos. Sus padres llegaron a casa y, antes de que Tina se marchase, Charlotte le agradeció su ayuda. Ronald se lo contó todo a sus padres, y ellos sufrieron la situación; también fueron a hablar con el director para que esto no volviera a suceder. Al muchacho acosador lo llevaron a un centro de menores. Sus padres no entendían por qué no se lo había dicho antes. Ronald les enseñó los moratones y las cicatrices causadas, y finalmente denunciaron.

Ronald y Charlotte empezaron a ir juntos al colegio, la chica creció y fue jugadora profesional de tenis y el chico fue entrenador de baloncesto, y también era profesor de Educación Física en un colegio privado. Y ronald dijo: "la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido"

María Vargas Fernández
 





UN PENSAMIENTO

La vida, la hermosa vida, depende de cómo se mire.
Es como un pájaro, según el camino que tome será hermosa o llena de sufrimiento.
Es como la arena que se lleva el viento, o como las motas de polvo que se lleva el aliento.
¿Cuál será mi vida? Soy un pensamiento, todavía no existo, pero estoy nervioso y pienso en ello.
¿Qué seré? Un humano, un animal o una planta, lo único que sé es que intentaré ir por el camino correcto, no sé quiénes serán mis padres, lo que sé es que los querré para siempre. No sé siquiera cuál será mi nombre, ni mi color favorito...
¡Oh! Ha pasado algo, ya sé, he nacido. Soy un ave que vuela alto, veo a las personas, me nace ayudarlos, destruyen el mundo sin pensarlo, tengo que hacer algo.
En estos momentos estoy sufriendo, es la primera vez que siento este sentimiento, no sé cómo ponerme en contacto con ellos.
Todo sería tan sencillo, todo sería tan perfecto, si todos los humanos se dieran cuenta de eso.
Empecé con un pensamiento y acabo con un sentimiento.

Francisco Ropero Medina




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