Una perla en el mar perdida
con brillo de luna y sol,
procedente del agua y la dulzura.
Mi perla formada por mucho brillo,
brillo que nunca será testigo
amable de mi dolor perdido
y el dolor que sentía al haberla tenido.
Cada brillo, un amor verdadero:
amorosa, amada o navegada
siempre acompañada con la más amada.
El dolor de haberte perdido no me quita
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